Cambio del líquido de refrigeración

El líquido de refrigeración es un componente crucial para el correcto funcionamiento de tu vehículo. Desempeña un papel clave en la regulación de la temperatura del motor. Diseñado para transferir eficazmente el calor, impide que el motor se sobrecaliente, garantizando así un rendimiento óptimo y una mayor longevidad. La elección de un líquido de refrigeración de calidad es fundamental para mantener la integridad del sistema de refrigeración y evitar problemas comunes como la corrosión o la acumulación de depósitos. Ofrece una protección contra la congelación en invierno y una resistencia al calor en verano.

El cambio regular del líquido de refrigeración es fundamental para la salud del motor de tu vehículo. Con el paso del tiempo, el líquido de refrigeración pierde sus propiedades anticongelantes y anticorrosivas, con el consiguiente riesgo de sobrecalentamiento y corrosión interna del motor. Un líquido de refrigeración deteriorado ya no puede disipar eficazmente el calor y expone al motor a temperaturas extremas que pueden dañar sus componentes.

Sustituyendo el líquido de refrigeración según las recomendaciones del fabricante, garantizas una protección óptima contra la congelación en invierno y una disipación eficaz del calor en verano. Esto ayuda a prevenir la formación de óxido y depósitos calcáreos, alargando así la vida útil del motor y los componentes del sistema de refrigeración. Además, un líquido de refrigeración renovado mantiene un rendimiento estable del vehículo, con lo que reduces el riesgo de averías caras.

• Revista técnica de tu vehículo para conocer la capacidad del circuito de refrigeración y la posición del tapón de vaciado y del tornillo de purga si tu vehículo dispone de ellos
• Cubeta de recuperación
• Herramientas corrientes
• Líquido de refrigeración en cantidad suficiente

1. Espera a que la temperatura del líquido haya disminuido (y también la presión). Reduce la presión residual abriendo progresivamente el tapón del depósito de expansión.
2. Abre el tapón de vaciado del radiador sobre una cubeta de recuperación, o desconecta el manguito inferior.
3. Retira el tapón de vaciado del bloque motor (busca su ubicación en la revista técnica).
4. Vacía y limpia el depósito de expansión.

1. Enrosca el tapón del bloque motor y el tapón de vaciado del radiador, vuelve a conectar el manguito inferior.
2. Abre el(los) tornillo(s) de purga.
3. Rellena por la boca de llenado del radiado y luego por el depósito de expansión hasta el nivel máx.

1. Pon la calefacción al máximo para que el líquido de refrigeración circule en el radiador de calefacción del habitáculo y que el circuito se purgue correctamente.
2. Deja el motor en marcha con el tapón del radiador abierto hasta que se abra el termostato (el líquido fluye a través de la manguera superior, que se calienta mucho).
3. Ve añadiendo líquido de refrigeración gradualmente por la boca de llenado del radiador.
4. Cierra los tornillos de purga en cuanto el líquido de refrigeración fluya en un chorro continuo (sin burbujas de aire), rellena el depósito de expansión hasta el nivel recomendado y cierra el circuito.
5. Cuando el sistema de refrigeración tenga el nivel óptimo de líquido refrigerante, apaga el motor.
6. Apaga el motor y espera a que se enfríe.
7. Comprueba y corrige el nivel si es necesario.

• No abras nunca el tornillo de purga con el motor en marcha.
• No abras nunca el tapón del depósito de expansión y del radiador con el motor caliente.
• El nivel de líquido en el depósito de expansión siempre debe estar entre el mín. y el máx.

Líquidos de refrigeración